Lo que cada uno pone El Comercio – 7/1/14

Potluck    La ecología humana nos recuerda que la realidad que vivimos es compartida. Pasa al organizar una celebración entre amigos o con la familia, que la pregunta es ¿con qué te pones? Y lo que cada uno pone, contribuye al gozo y al éxito de la fiesta. Si pones de lo mejor, todos se alegran. Si te amarras con calidad o cantidad, nos afecta a todos. Incluso el que es humilde y comparte de lo poco que tiene, acrecienta el júbilo y la amistad.

El espacio común en la sociedad se hace de lo que cada uno pone. Con trabajo honesto, ingenio, entusiasmo y buena voluntad, se construye. La cortesía, alegría, la facilidad para pedir disculpas y disculpar y el afán de ayudar a otros hacen la vida más grata y las dificultades llevaderas. Por el contrario, la prepotencia, el descuido, el afán de sacar ventaja en todo, aún a costa de los demás, la suciedad y las malas costumbres desaniman de confiar en los demás y colaborar en construir el espacio común.

En la economía y su impacto social, el capitalismo y el mercado ayudan a generar riqueza y optimizar el uso de recursos, pero es sólo una parte de lo social y es ingenuo creer que resuelve todos los problemas. Todo acto humano es moral y por ello el mercado también se presta al abuso, corrupción y distorsión de la libertad humana. El cuento del chorreo – que al crecer la riqueza, todos se benefician- es una burla cruel y una excusa para calmar la conciencia de algunos. No podemos ignorarnos unos a otros y los que tienen más, sea material, política o culturalmente, tienen que poner más en la mesa de donde comemos todos.

Aprovecho esta primera columna del 2014 para explicitar lo que aporto. Soy Católico y me lo tomo en serio, y por ello creo que Dios es la fuente de todo el amor y bien que la sociedad y cada hombre necesitan, y busco las maneras de compartirlo. También trato de responder a la invitación de amar a mi prójimo como el Señor Jesús nos amó. Eso no me aliena de lo terreno en la esperanza del paraíso sino que me lleva a comprometerme en cooperar con todos los hombres de buena voluntad en transformar nuestra sociedad para que el bien y la justicia estén al alcance de todos y que la vida de todos sea más humana y digna. Y como amor es también respeto, no le impongo mi fe o mis ideas a nadie, sino que busco proponerlas en un lenguaje que no incomode sino que construya diálogo y con ello ayude a construir un Perú mejor.

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